Encontrar lugares como la playa de Xcacel en la franja costera de la Riviera Maya en la región de Quintana Roo es tarea complicada. Y es que este santuario de tortugas se mantiene semi-desconocido aunque poco a poco gana adeptos.
La reserva ecológica está muy protegida (en 1998 se creo el área salvaguardada), lo que permite que el ecosistema de médanos (dunas) sirva de barrera natural con su vegetación baja pero fuerte que se hunde en la arena. Las palmeras y el manglar se suceden creando un microcosmos de fauna y flora en apenas 350 hectáreas.
La playa de Xcacel es aún tranquila, donde acuden gentes de lugares y turistas curiosos que han investigado un poco sobre zonas más aisladas y no tan masificadas como Playa del Carmen o Akumal. Pese a ello puede considerarse una de las más bellas de la Riviera Maya.
Sus aguas suelen ser calmas pero cuando se levanta el viento pueden tener bastante oleaje y estar llenas de sargazo y otras algas que ha arrastrado el temporal. Dos variedades de tortugas, la tortuga caguama (Caretta caretta) y la tortuga blanca (Chelonia mydas) tienen en Xcacel su desove y nidificación anual y por eso las autoridades han tratado de protegerla creando la reserva. La razón de que acudan aquí es que en el arrecife de coral que recorre toda la costa este de la península de Yucatán (es el segundo más grande del mundo) se abre una brecha por las que las tortugas entran hacia la costa.
Entre los meses de mayo a octubre, al anochecer las tortugas ofrecen un espectáculo que suele estar vigilado por biólogos, pero abierto a los que quieran disfrutar de algo único.
Si acudimos fuera de la temporada de desove de tortugas no nos podemos lamentar ya que frente a la costa, a apenas cincuenta metros está el arrecife y armados de equipo de buceo podemos hacer snorquel para ver peces e todos los colores en su hábitat de coral.
Por si fuera poco su preciosa playa de arenas blancas y aguas turquesas, a unos centenares de metros se esconde otro de sus secretos, el cenote de Xcacelito, uno de los más cercanos a la playa, oculto entre el denso manglar que lo protege. Nada más entrar a la derecha se sigue por un camino bien indicado, sin perdida, que finaliza en una pasarela que permite salvar el manglar y llegar al cenote.
En las aguas del cenote de agua dulce, cientos de pequeños peces pugnan por mordisquear nuestra piel en busca de células muertas para glotonear. La sensación de nadar sin que se asusten es fantástica, más si traemos nuestras gafas de snorquel, lo que nos servirá para apreciar las tonalidades azules y verdes que se funden con los rayos de sol, sobre un fondo con corales fosilizados y las raíces de los manglares.
Información Xcacel
A la entrada de la playa, que apenas es visible desde la carretera que va desde Playa del Carmen a Tulum, se dirige una carretera de terracería que desemboca en la playa. Antes, en la caseta del guarda de protección deberemos abonar una insignificante donación para preservar el santuario tortuguero.
Xcacel cuenta con servicios de baños y duchas, y hay un pequeño restaurante. La Playa tiene un horario de 9 de la mañana a cinco de la tarde, y el cenote desde las 10 de la mañana hasta las 4 y cuarto.
Para bañarnos en el cenote hay que prescindir de repelente de mosquitos o cremas solares, para no alterar y dañar el ecosistema, por lo que mejor si nos bañamos antes en la playa.
¿Cómo llegar a Xcacel?
Está ubicada a unos 46 km desde Playa del Carmen, y unos 19 km antes de llegar a Tulum. La mejor opción es si contamos con coche de alquiler (conviene estar atentos porque la entrada no se ve muy bien desde la carretera), pero si preguntamos en una parada de taxi nos llevarán sin problema (siempre mejor negociando el precio antes). Otra opción es las combis o peseras que salen desde Playa del Carmen o Tulum, avisando de donde queremos ir. Cuando nos dejen en la carretera sólo hay que recorrer unos centenares de metros hasta la playa.
