La figura de Frida Kalho ha trascendido en el tiempo como una de las artistas más conocidas de México. Hablar de Frida Kalho es hablar de la Historia de México con mayúsculas, con las intensas primeras décadas del siglo XX y el asentamiento del arte popular mexicano como corriente local pero adorada internacionalmente, comprada por los magnates más ricos del planeta.

Más allá del uso superficial que a veces encontramos en souvernirs o con frases suyas empleadas fuera del contexto real e histórico, lo cierto es que diferentes generaciones han adoptado su vida y obras como un simbolismo de la libertad, el empoderamiento femenino la felicidad o del color.
Resulta cuando menos curiosa esa apropiación cuando precisamente la historia de Frida Kalho está repleta de sufrimiento, traición e infidelidad.

RUTA DE LOS LUGARES DE FRIDA KALHO EN CIUDAD DE MÉXICO
Son muchos los lugares en los que se puede rastrear esa azarosa vida, gran parte en el casco histórico de Ciudad de México, convertidos en meta de un peregrinaje que sin tener nada de religioso, hace de Frida Kalho una artista con una «hagiografía» en la que tanto amantes del arte y la historia como del postureo e instagram, acaban rendidos a la figura de la pintora mexicana.
No existe una ruta establecida como tal, pero siendo numerosos los lugares importantes en la vida de Frida Kahlo podemos destacar los más relevantes:
La Casa Azul en Coyoacán
La intensidad del azul de la casa homónima en el centro de Coyoacán atrae con su magnetismo a los visitantes que se amontonan haciendo cola para pagar la entrada en el número 247 de la calle de Londres.

Fue adquirida por los padres de Frida en 1904, tres años antes de su nacimiento en 1907. Frida Kalho nació y murió en esta casona colonial, siendo escenario de muchas horas postrada en la cama tras el accidente de…o frente a los lienzos en blanco en los que empapaba su vida como si fuesen una fotografía surrealista.
La casa Azul se convirtió en museo en 1958, solo cuatro años después de la muerte de la pintora -en 1955 fue cedida por Diego Rivera-, siendo el encargado de musealizarla Carlos Pellicer, logrando transmitir al visitante que aún está habitada por la forma de vida que siempre caracterizó a Frida.
Si bien el azul hoy la define, no siempre vistió este color, siendo blanca hasta que la propia Frida mandó pintarla para ahuyentar a los malos espíritus.
Hay diferentes formas de conocer la Casa Azul de Frida, desde la entrada clásica sin guía, itinerarios para niños con talleres, o un recorrido con un profesional cuyo conocimiento de la pintora es extenso. También hay opciones de visitas nocturnas o teatralizadas en las que una actriz se convierte en Frida Kalho para transmitirnos con una bella interpretación los avatares que rodearon su existencia.
Esta visita dramatizada es una idea de la Asociación Teatral Juana de Asbaje, compañía de teatro clásico y se lleva a cabo el último miércoles de cada mes.
Un espectáculo muy especial es el “Pies para que los quiero, si tengo alas pa´ volar” que convierte la Casa Azul en el eje sobre el que gira la vida de Frida Kalho.
Durante el recorrido podemos conocer espacios muy íntimos como la habitación en la que Frida Kalho estuvo convaleciente durante su accidente, el comedor, la cocina o su estudio.
Gran parte de los objetos que coleccionaron durante su vida hoy sirven para darle vida. El arte popular mexicano de muebles, manteles, vajillas y objetos cotidianos de barro, vidrio soplado, madera o cerámica es parte del ecosistema y paisaje de la Casa Azul.

En total hay diez salas de exposición (cinco permanentes con la obra de Frida, y cinco más para exposiciones temporales).
El jardín es otro de los lugares fetiche de Frida, en el que además de admirar las plantas, es menester sentarse intentando encontrar a Kalho en sus momentos de esparcimiento y silencio, o en el jolgorio de las fiestas que celebraba con amigos, personajes a su vez sin los que no se puede entender la historia de México.
Una relación importante de la pareja Rivera Kalho fue la del político ruso León Trotsky. Exiliado en México desde 1937 tras un periplo desde Europa a Estados Unidos huyendo de Stalin, Trotsky vivió en la Casa Azul hasta que tras desavenencias políticas -aunque se habla también de celos por la relación con Frida- el ideólogo se alojó en la morada de la calle Viena, hoy también museo centrado en su vida y muerte en México.
Algunas de las obras pintadas por Frida que se exponen en la Casa Azul son Viva la Vida (1954) preludio de su cercana muerte, Frida y la cesárea (1931) que retrata el deseo de la pintora por ser madre, o Retrato de mi padre Wilhem Kahlo (1952) entre otras tantas.
Las entradas al museo de la Casa Azul varían en función de si somos ciudadanos mexicanos o extranjeros, o del día de la semana; existiendo descuentos y tarifas especiales para profesores, estudiantes y personas con credencial INAPAM,
En el caso de que queramos usar cámaras fotográficas es necesario pagar un costo añadido. En la tienda y librería podemos adquirir tanto litografías como souvenirs relacionados con Frida.
Horarios de visita a la Casa Azul
Excepto los lunes que la Casa Azul cierra, el resto de los días los horarios son: los martes y de jueves a domingo de 10:00 a 17:45 horas, miércoles de 11:00 a 17:45 horas.
Colegio de San Ildefonso
Sede de la Escuela Nacional Preparatoria, el Colegio de San Ildefonso fue construido por los jesuitas en el siglo XVI. Una vez que fue desamortizado tuvo diferentes funciones hasta que ya en el siglo XX se convirtió en una institución educativa. De entre sus alrededor de dos mil alumnos, solo 35 eran mujeres, siendo Frida Kalho una de ellas. Aquí conoció a Diego de Rivera, primero profesor y luego amante y figura que la amó y atormentó casi por igual.

La visita al Colegio de San Ildefonso, hoy museo, nos acerca a un momento especial de la vida de Kalho, cuando Diego de Rivera estaba pintando el famoso mural de «La Creación» de Diego de Rivera y Frida, con apenas 16 años lo contempló por primera vez.
Museo Casa Estudio de Diego Rivera
En el barrio de San Ángel de la misma colonia de Coyoacán se encuentra la casa estudio de Diego Rivera, en la que Frida Kalho vivió en diferentes periodos. La relación entre ambos artistas no estuvo exenta de pasión, celos, infidelidad y toxicidad, con una delgada línea cruzada de forma recurrente.

La casa estudio de Diego Rivera encontramos dos casas gemelas diseñadas por Juan O’Gorman, ejemplo perfecto del funcionalismo mexicano. Fue la residencia de Rivera y Kahlo tras su regreso de Estados Unidos y cada uno tenía su propia casa y espacio, existiendo un tercer edificio que funcionaba como laboratorio fotográfico.

Dentro de la obra de Frida la casa estudio tiene una gran importancia, ya que aquí se pintaron obras de gran relevancia en su trayectoria artística como “Lo que el agua me dio”, “El ojo avizor” y “El difunto Dimas”.
Parque Frida Kahlo de Coyoacán
También en Coyoacán se encuentra el parque Frida Kalho, ubicado en un antiguo espacio dedicado a la subasta de ganado y posteriormente una fábrica textil. Inaugurado en 1984, dentro del parque las estatuas de Frida Kalho y Diego Rivera posan con una tercera obra a unos metros de una mujer sentada en el suelo y con la cabeza entre las piernas.

Frida permanece sentada sobre el teocalli, observando a Diego Rivera. Las esculturas son obra del mexicano Gabriel Ponzanelli, cuyo vínculo con Kalho y Rivera proviene del tiempo en el que convivió con los artistas durante un mes a los ocho años de edad. La propia Kahlo compró uno de sus primeros dibujos de Ponzanelli, quién también es el autor de la Fuente de los Coyotes en el Jardín Centenario.

Su acceso es gratuito y se encuentra en el Barrio de la Concepción y además de las esculturas hay un área de juegos para niños y pequeños senderos para pasear. Podemos combinar la visita al parque acercándonos a la bonita capilla La Conchita
Horario: lunes a viernes de 7:00 a 18:00 horas.
Museo Dolores Olmedo Patiño
En el museo de la filántropa Dolores Olmedo se encuentran la mayoría de las obras de Frida Kalho en México. Aunque la relación con Frida no fuese buena a causa de la rivalidad por Alejandro Gómez Arias, el primer novio de Frida, Olmedo supo interpretar el valor artístico de Frida.

El museo se encuentra al sur de la Ciudad de México, en el barrio de Xochimilco, antes de alcanzar la zona de los canales y chinampas.
El edificio es una construcción del siglo XVII, que cuenta con bellos jardines poblados por pavorreales y los perros xoloitzcuintles.
Para disfrutar de los lienzos de Frida hay que dirigirse a la sala 9 del museo, en la que se exhiben más de 25 obras. Sobresalen por ser muy conocidos “La columna rota” y “Autorretrato con changuito”, pero hay que prestar atención a toda la colección de arte prehispánico del Museo Dolores Olmedo y por supuesto las obras de Diego Rivera.
Museo Diego Rivera Anahuacalli
El Museo Anahuacalli fue un deseo de Frida Kahlo y Diego Rivera. La extensa colección de 50 mil piezas de diferentes culturas prehispánicas es una de las más extensas del mundo. Construido en piedra volcánica, está diseñado representando un teocalli o casa de energía.

Canales de Xochimilco
El hoy lugar Patrimonio de la Humanidad por Unesco, fue uno de los lugares a los que Frida y su familia acudían a menudo. Son varias las instantáneas en las que aparece Frida Kalho en sus trajineras por los canales de Xochimilco.

Museo de Arte Moderno
Finalmente el Museo de Arte Moderno (MAM) en la Primera Sección del Bosque de Chapultepec conserva una de las obras más importantes de Frida: Las dos Fridas. Su visita es imprescindible ya que además la colección pictórica incluye grandes ejemplos de José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.

Esperamos que nuestra propuesta de lugares relacionados con Frida Kalho pueda servir a los lectores para conocer más sobre ella y al mismo tiempo descubrir Ciudad de México.