Chihuahua es el estado más grande de México. Situado en el norte de la República hace frontera con Estados Unidos (nuevo México y Texas). Sonora queda al oeste, junto a Sinaloa más al sur. Cohaulia es el límite al este, y al sur el estado de Durango.
Toda la región combina un paisaje variado de desierto, sierra y llanura. Su desierto es el más grande de toda América del Norte. En estas inhóspitas zonas combatió la División del Norte, el ejercito del general Francisco «Pancho» Villa, contra las tropas de Victoriano Huerta.
Historia
Chihuahua es un vocablo nahuatl que quiere decir «tierra seca y arenosa». Los veranos son de calor intenso y en los inviernos las nevadas pueden ser intensas.
Las evidencias arqueológicas del territorio evidencian la presencia humana en el período Paleoindio aproximadamente entre 1000 y 7000 A. C. Tras pasar de nómadas a sedentarios con el cultivo del maíz y la calabaza, crearon asentamientos como los de Paquimé y Cuarenta Casas. Estas culturas son conocidas como la Cultura de Casas Grandes y las Culturas Anasazi y Mogollón, que se disolvieron para la época de la llegada de los españoles, dando lugar a los Tepehuanes, Conchos, Rarámuris y Tobosos entre otros. Los misioneros fueron consolidando asentamientos que además fueron aprovechados como explotaciones mineras.
Ya en periodo revolucionario el general «Pancho» Villa aprovechó su conocimiento de Chihuahua para luchar contra las tropas gubernamentales, y en Chihuahua encontramos varios lugares vinculados a su figura, entre ellos su tumba.
Gastronomía de Chihuahua
Chihuahua parece un restaurante gigante, y eso se debe a que gastronómicamente encontramos muchos platillos deliciosos. El gusto por comer y comer bien forma parte de la identidad del estado. Tenga presente probar platillos como la machaca, el chile con asadero y unas tortillas de harina recién hechas.
Qué ver y hacer en el estado de Chihuahua
La capital del estado es la ciudad homónima de Chihuahua. Y otra de sus poblaciones más conocidas es Ciudad Juárez, frontera con Estados Unidos.
Y ¿Qué podemos ver en el estado? Empezando por su capital, sede de numerosos edificios de época porfiriana, y atractivos museos, para continuar por un estado donde la naturaleza ocupa un puesto muy importante, desde las Barrancas del Cobre a cascadas, grutas, desiertos y pueblos mágicos.
Ciudad de Chihuahua
La capital de Chihuahua, que recibe el mismo nombre que el estado, sorprende por su pasado vinculado al periodo revolucionario cantado en los célebres corridos. La Catedral Metropolitana de Chihuahua con sus formas barrocas presume como el principal monumento, si bien la ruta por la ciudad requiere extenderla para conocer el Santuario del Cristo de Mapimí con su Museo de Arte Sacro que reúne una colección permanente de óleos del siglo XVIII. El Palacio de Gobierno, construido en época porfiriana es parada imprescindible para conocer los murales que decoran su interior, narrando los acontecimientos de la Revolución Mexicana. También en el palacio hay dos museos dedicados por un lado al héroe de la patria Miguel Hidalgo y Costilla fusilado precisamente en el palacio; y otro de armas antiguas.
Completando la oferta cultural el Museo de la Revolución nos aproxima tanto a los años en los que México vivió uno de los acontecimientos recientes más importantes, como a la del General Francisco Villa, conocido como El Centauro del Norte. Fue el edificio del museo la morada de Pancho Villa y su mujer Luz Corral hasta su asesinato..
No olvide hacer una parada en el «calabozo de Hidalgo» donde estuvo preso una de las figuras más importantes de México, la preciosa casa de época porfiriana Quinta Gameros, la Plaza de Armas, Casa Chihuahua junto a la plaza de la Grandeza, el Museo de la Lealtad Republicana en la antigua Casa Juárez o el peculiar Museo del Mamut.
Puerta de Chihuahua
A la entrada de la ciudad de Chihuahua – carretera rumbo a delicias- la enorme figura roja de una escultura llama la atención. Es la llamada Puerta de Chihuahua, con un peso de 500 toneladas de acero y 43 metros de altura, y desde 1997 saluda a los que tienen el placer de conocer la capital. Es obra del escultor chihuahuense Enrique Carbajal, más conocido como Sebastián, que a su manera quiso representar la libertad y la cultura del pueblo chihuahuense.
Cuauhtémoc
Al este de la capital ( a 104 kilómetros) y camino del Área Natural Protegida Tutuaca, se halla Cuauhtémoc. Se la conoce como “la ciudad de las tres culturas» porque en ella conviven mestizos herederos de los hacendados revolucionarios,, tarahumaras (raramuris) y menonitas y es la puerta de acceso a la región de la Sierra Tarahumara. Resulta curioso escuchar entre sus habitantes las tres lenguas oficiales, español , inglés y Plautdietsch (alemán menonita ).
Extensiones de manzanares cubren la zona, siendo la región de cultivo de manzanas más importante de México, fruto de sus fértiles tierras, pero también tierra prolífica de ganadería y lácteos. Su estación de ferrocarril nos transporta a la época del porfiriato cuando la ciudad se convirtió en un proveedor de materias primas, carne y herramientas empleadas en la minería, que transformaron al estado de Chihuahua en un territorio rico.
Algunos de los que acudieron atraídos por las posibilidades económicas fueron las comunidades de menonitas, llegados de Canadá (muchos de ellos de Manitoba) en la década de los 20 del siglo pasado. En Cuauhtémoc encontraron la libertad religiosa que les permitió construir una nueva vida y seguir con sus tradiciones tan arraigadas que parecen sacadas de siglos atrás. Es posible visitar la comunidad más grande de menonitas en toda América Latina, y participar de su estilo de vida o conocer le museo Menonita donde aprenderás que los menonitas son un grupo étnico-religioso originario de los Países Bajos en el siglo XVI. Perseguidos durante las reformas protestantes, vagaron por el mundo, emigrando al norte de América. Uno de los lugares donde podemos ver su arquitectura de casas de madera canadiense, y participar en actividades es el Campo 22, uno de los primeros en ser fundados en Chihuahua.
Aldama
Una excursión recomendable desde la capital es la de Aldama, a solo 27 km, donde destaca la Parroquia neoclásica de San Jerónimo, el museo histórico y balnearios ideales para el relax.
Santa Eulalia
Igualmente cerca de Chihuahua está Santa Eulalia, tierra minera en la que aún se pueden visitar las antiguas instalaciones en las laderas de los cerros. Aproveche a compaginarlo con el pueblo de Santo Domingo (cuyo nombre real es Francisco Portillo) con vistas preciosas de las minas y cerros.
Hidalgo del Parral
Parral es conocida como el lugar donde murió “Pancho» Villa, pero además de su historia, sus explotaciones mineras como las minas de plata de Santa Bárbara, en territorio de los indios conchos (abierta en 1567). y los no menos famosos dulces de leche, hacen que los viajeros acudan a la población. Anualmente se desarrollan las “Jornadas Villistas», que mezclan música, representaciones teatrales, exposiciones, presentaciones de libros y donde no falta la tradicional Cabalgata Villista que recrea la vida y muerte del general Villa.
En Parral hay que visitar el Palacio Alvarado, el Museo Francisco Villa, el Santuario de Guadalupe, el Parque Metropolitano El Rejón, el Teatro Hidalgo o subirse a los trenes turísticos TranVilla y PyOjito.
Cusihuiriáchic
En el pequeño pueblo de Cusihuiriáchi podemos apreciar el retablo churrigueresco con espléndidos lienzos de José de Alcíbar, en el interior del templo de Santa Rosa de Lima. Las misiones religiosas de los jesuitas fundaron la población primigenia de san Bartolomé en 1673, y posteriormente, el descubrimiento de las minas de la Concepción y de San Juan cimentó la economía minera. Siglos después adoptó el nombre de la primera criolla canonizada.
Ciudad Juárez
Ciudad Juárez es una localidad ubicada en la frontera con Estados Unidos, separada del país vecino por el extenso desierto y el río Bravo. Llegó a ser la capital provisional de México, refugio de Benito Juárez durante la invasión francesa e incluso cuartel de Pancho Villa. Cuna del “Divo de Juárez”, Juan Gabriel, el famoso cantante mexicano, posee atractivos como para visitarla en el viaje al estado de Chihuahua.
Además de su centro histórico con el templo de Nuestra Señora de Guadalupe, la escultura X”, el Museo de la Rodadora, el Mercado Cuauhtémoc o el Bar Kentucky donde dicen que se inventó la bebida Margarita; podemos emprender desde Ciudad Juárez excursiones a los médanos de Samalayuca o al Cerro Bola.
Otros museos interesantes son el Museo Casa de Adobe, edificio que albergó el Palacio Nacional durante la revolución, el Museo de la Revolución de la Frontera (MUREF), o el Museo de Arte de Ciudad Juárez, obra del arquitecto Pedro Ramírez.
Tren Chepe
El Chepe es uno de los trenes turísticos más famosos de México, y con el permiso del Tren Maya es el que suscita un interés enorme por la ruta que recorre. Con un itinerario de 653 km entre Los Mochis en la costa del estado de Sinaloa, pasa por El Fuerte, BahuChivo, Divisadero y finalmente el Creel.
El diseño de la ruta, salvando cañones, desfiladeros y montañas es un auténtico hito de la ingeniería mexicana. Para los que llegan a Chihuahua persiguiendo como meta las Barrancas del Cobre, el Chepe es una opción inmejorable para acercarse. Desde la opción más económica a la de lujo total, el Chepe es de por sí una experiencia única.
Los pueblos mágicos
Tres son los pueblos mágicos en el estado de Chihuahua: Creel, Batopilas y Casas Grandes, donde hallamos el yacimiento arqueológico de Paquimé, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Creel
Creel ejerce como puerta de entrada a las Barrancas del Cobre, un magnífico área natural formado por peñas, bosques, cascadas y ríos. La población es pintoresca y parece sacada de un viaje al Lejano Oeste, con espacios como el Museo de Arte Tarahumara o La Misión de San Ignacio. Los árboles coníferos ponen un contraste de color al paisaje rocoso, atrayendo a muchos viajeros que llegan con el tren Chepe buscando turismo de aventura. Son de hecho las actividades de deporte como el trekking o el ciclismo de montaña, las más demandadas en las empresas locales.
Cerca de la población son varios los puntos de interés como el Valle de los Monjes con sus formaciones rocosas, y el lago de Arareco. Y si permanecemos varios días podemos adentrarnos en la Sierra Tarahumara y conocer el curioso Valle de los Hongos, cuyas rocas volcánicas tienen una antigüedad de 20 millones de año, esculpidas por la erosión.
Batopilas
Al sur de Creel está Batopilas, cuyo significado en el idioma tarahumara quiere decir “rio encajonado», topónimo que ya indica si ubicación en una de las barrancas más hondas de la Sierra Madre Occidental. En su alrededor encontramos numerosas minas que atrajeron a buscadores de fortuna. No fueron los únicos, ya que evangelizadores dejaron durante su paso interesantes misiones y haciendas que podemos visitar. Si optamos por hacer deporte, la bicicleta nos permitirá disfrutar de carreteras de montaña que no desmerecen tampoco si elegimos moto o vehículos 4 x 4 para recorrerlas.
Otros espacios encogen el alma como el mirador La Bufa, uno de los mejores para observar la grandiosidad de los cañones horadados por el agua.
Casas Grandes y la Zona arqueológica de Paquimé
En el estado de Chihuahua también encontramos un destino designado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (1998), la zona arqueológica de Paquimé.
Si hablamos de ciudad prehispánica, Paquimé es el sitio arqueológico más importante del norte de México. Se encuentra en el municipio de Casas Grandes, y pese a estar excavado solo en parte, la amplitud de su recinto es grandiosa. Hay que pensar y contextualizar en la dificultad para construir y mantener un centro de estas características en un lugar a priori no tan apto para ello. Más aún si entendemos que la ciudad tenía edificios con casas de hasta tres pisos.
A diferencia de otras poblaciones prehispánicas, Paquimé no estaba concebida para honrar a los dioses, si no para ser habitada. Por eso carece de un centro ceremonial del estilo de las pirámides de centro y sur de la República.
Por otro lado, el uso del adobe como elemento arquitectónico, recuerda a las poblaciones de Mesopotamia o Egipto. La madera y piedra eran otros materiales que se emplearon en Paquimé, adosando viviendas y convirtiéndose en una de las ciudades más importantes en el actual norte de México. Se calcula que pudo albergar durante su época de esplendor (1200-1450 d.C.), más de dos mil habitantes. Paquimé fue el centro más importante de la cultura Casas Grandes, la más avanzado de Norteamérica.
La conquista de México por los españoles significó el fin de la vida en Paquimé, y hoy es imprescindible su visita si llevamos a cabo un viaje y ruta por el estado de Chihuahua.
En la población adyacente podemos caminar por el río cubierto de álamos, descubrir la plaza principal o la iglesia Parroquial, y por supuesto el Museo de las Culturas del Norte. En Casas Grandes se celebran encuentros de Pueblos Indígenas del suroeste de Estados Unidos y noroeste de México Omáwari, así como la fiesta regional del trigo.
Naturaleza de Chihuahua
Chihuahua es un estado de extremos, de desiertos, pero también de frondosos bosques. Algunos de los paisajes más sorprendentes de México están aquí.
Barrancas de Cobre
El Parque Natural Las Barrancas del Cobre es uno de los más reconocidos en México. Las montañas de la Sierra Madre, a donde solo se puede acceder el tren Chepe que atraviesa 37 puentes y 80 túneles, albergan el precioso parque. Desde sus espectaculares miradores, o desde lo alto del teleférico, tendremos la sensación de grandiosidad que despiertan las barrancas de Cobre.
Y es que la Sierra Tarahumara es uno los sistemas de barrancas más largos y profundos del mundo. Su superficie de más de sesenta mil kilómetros de montañas deja pequeño a otros cañones como el del Colorado. Aquí podrás deleitar los ojos con una cascada de más de 500 metros de caída, sentir el vértigo en desfiladeros verticales o en las cabinas de los teleféricos, atravesar desfiladeros en excursiones a pie, practicar vías ferratas pero sobre todo sentir que no has visto un lugar así nunca.
Cañon del Peguis
Es un pájaro, el pegüis, el que da nombre a este fastuoso cañón que se encuentra a 40 kilómetros de Ojinaga. Atrae tanto a viajeros que quieren practicar deportes extremos como a los que quieren disfrutar de unas vistas que encandilan desde su mirador. Pese a que sus dimensiones pueden parecer no exageradas frente a las barrancas del Cobre, 16 kilómetros de largo y 350 metros de profundidad, sus verticales paredes ofrecen una fotografía bella.
Por sus aguas podemos desplazarnos en rutas de kayak o de rafting, con opciones menos movidas como la lancha. Hay tramos en los que las paredes apenas están separadas por diez metros, formando un cañón angosto por el que discurre el río.
Parque Nacional Cascada de Basaseachi
En el parque nacional Basaseachi se halla la catarata más alta de México, 246 metros de caída libre. En la Sierra Tarahumara, a unas tres horas (265 kilómetros) de la ciudad de Chihuahua, la sorprendente Cascada de Basaseachi encandila a muchos viajeros. Pese a poder parecer un nombre italiano, Basaseachi en el dialecto rarámuri significa «lugar de coyotes«.
La convergencia de dos arroyos en lo alto de montaña, el de Durazno y el Basaseachi proporciona una afluencia de agua que da lugar a la majestuosa cascada. Otra cascada en el mismo parque es la de Cascada de Piedra Volada, en la Barranca de Candameña, pero que solo vierte su agua en época de lluvias. Todo el entorno es ideal para la práctica de escalada.
El momento ideal para la visita es durante la época de lluvias, ofreciendo un caudal más potente. En el hábitat del Parque Nacional Cascada de Basaseachi, creado en 1981 con un área protegida de 498 km² compuesto por bosques de pino, encinos, acacias, alisos, agave e incluso orquídeas, y donde viven nutrias, zorros, linces, jabalíes, mapaches, ardillas, jaguares o venados.
Dunas de Samalayuca
Aunque estemos lejos del mar, el paisaje de las Dunas de Samalayuca parece sacado de la mejor playa. Las encontramos dentro del Desierto de Chihuahua cuya extensión des de 17 mil hectáreas, cerca (35km) de Ciudad Juárez. Es sin duda uno de lugares turísticos más sorprendentes Chihuahua y donde es posible hacer surf (sandboarding) por las dunas de arena sin peligro a que nos sepulte una ola. Recorrer el espacio en 4×4 es otra actividad diurna, frente al avistamiento de estrellas en un escenario ideal por la ausencia de contaminación lumínica.
Los médanos – en el centro de la región desértica – se componen de dunas de arena de sílice, blanca y fina que cambian de forma con el viento. Aquí la ausencia de vegetación es prácticamente total, y en verano el sol de justicia eleva las temperaturas por encima de los 40 grados.
Grutas de Coyame
Las Grutas de Coyame son no solo interesantes por sus formaciones geológicas, si no por la cantidad de fósiles marinos que reflejan como permaneció baja las aguas hace millones de años. El recorrido de 1,330 metros, cruzando 17 salas o cavernas. Además del recorrido de la cueva, podemos encontrar un magnífico mirador con vistas del desierto de Chihuahua.
Grutas de Nombre de Dios
Otras de las grutas emblemáticas de chihuahua son las de Nombre de Dios, debajo del Río Sacramento. Abundan las formaciones de estalactitas y estalagmitas, obra del goteo hace ya cinco millones de años. La ventaja es que están a quince minutos de la capital de la ciudad de Chihuahua. Sus diecisiete salas reciben curiosos nombres como El Quijote, La Torre de Pisa, El Gran Cañón y El Águila, denominadas así por las formas que presentan.
Lago de Arareco
Desde Creel son muchos los que no quieren perderse la visita al Lago de Arareco y su peculiar forma de “U”, que precisamente es el topónimo Arareko (herradura). En su orilla hay cabañas para pasar la noche y disfrutar de la paz «lacustre» con su entorno de pinos y coníferas. Se halla dentro de la Sierra Tarahumara, perteneciente el municipio Bocoyna. Un paseo desde el lago nos conduce a la cascada de Rukiraso.
Valle de Bisabírachi o Valle de los Monjes
Complementario al lago de Arareco, el Valle de Bisabírachi en Chihuahua, también conocido como Valle de los Monjes es atravesado por un arroyo. Lo que le hace célebre son las impresionantes formaciones rocosas en pleno bosque, que pueden alcanzar hasta 60 metros de altura. Las curiosas formas simulan monjes en pie, con las formas de su cuerpo.
Pese a que las leyendas locales cuentan que fueron esculpidas por los nativos hace más de 20 millones de años durante la creación del mundo, aprovechando que el planeta aún no estaba «terminado» y se podía malear, los estudios científicos que son fruto de movimientos geológicos y la erosión del viento, agua y sol.
Excursiones y tours en Chihuahua
El estado de Chihuahua se presta a recorrerlo con tours organizados y excursiones. Hay actividades de corte histórico como la visita la tumba de Pancho Villa y el palacio de Alvarado en Parral, paseos con guía por el centro histórico de la capital, las grutas de Coyame, excursiones al yacimiento arqueológico de Paquimé y al pueblo alfarero de Mata Ortiz, o por supuesto la imprescindible visita a la Barranca del Cobre con el tren Chepe, cuyo cañón es uno de los más famosos de México, permitiendo soltar adrenalina en la tirolina más larga del mundo. Todo ello sin renunciar a conocer la catarata más alta de México en el Parque Nacional Cascada de Basaseachi, el tour por la por la Sierra Madre y el El Fuerte – conociendo Iglesias coloniales , comunidades indígenas y profundos cañones -, o al tour espeleológico en las grutas Nombre de Dios que se duele ofrecer conjuntamente a la hacienda Quinta Carolina. Otra experiencia en el interior de la tierra es excursión a las minas de Santa Eulalia, cuyos minerales y piedras semipreciosas lo convirtieron en uno de los yacimientos mineros más famosos del estado de Chihuahua.
Por otro lado nada mejor que un vuelo avioneta desde Chihuahua para ver el paisaje natural del estado desde el cielo. O una experiencia antropológica con la visita a las comunidades de los menonitas, cuyo estilo de vida ha cambiado poco en los últimos doscientos años.
Cómo llegar
La mejor forma de llegar al estado es con los vuelos al aeropuerto Internacional General Roberto Fierro Villalobos o Aeropuerto Internacional de Chihuahua. Se encuentra a 13 kilómetros de la ciudad de Chihuahua, y tiene vuelos nacionales con otras ciudades de México como Guadalajara, Ciudad de México, Monterrey, Tijuana, Cancún, Los Mochis,
La Paz, , Hermosillo, Santiago de Querétaro, Culiacán, y vuelos internacionales con algunas ciudades de Estados Unidos.
Si se opta por el coche, la carretera 16 atraviesa el Estado de Chihuahua desde el oeste (Hermosillo en estado de Sonora) hasta la capital. Desde el norte son las carreteras 10 y 45 las que recorren el estado, llegando a Ciudad Camargo e Hidalgo Parral.
Viajes organizados al estado de Chihuahua
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