Hidalgo es uno de los estados más desconocidos de México, quizá sólo conocido turísticamente por la ciudad tolteca de Tula donde según la tradición oral gobernó Quetzalcóatl.. No por ello carece de atractivos, y dada su cercanía con México DF se precia a una ruta en coche desde la capital para conocer sus espacios más significativos, su paisaje variado y las tradiciones casi intactas.
Tours y excursiones el estado de Hidalgo
Qué ver y hacer en el estado de Hidalgo
Pese a ser un estado relativamente pequeño en comparación al resto, Hidalgo cuenta con cuatro pueblos mágicos, a saber, Huasca de Ocampo, Mineral del Chico, Huichapan y Real del Monte.
Hidalgo está comenzando a recibir un turismo vinculado al turismo de aventura, con posibilidades que van desde el trekking por espacios naturales, ciclismo de montaña, pesca deportiva, descenso a rappel, tirolesas y escalada en roca; a las vacaciones termales en los balnearios, o al ecoturismo una visión aún por desarrollar en México y que aquí se presenta como una realidad. Su pasado minero es otra herramienta atractiva para dar a conocer las antiguas haciendas que vivieron una época muy productiva, y que hoy en día emergen como un museo interactivo para conocer la historia reciente de Hidalgo.
Gastronomicamente Hidalgo tiene propuestas deliciosas, pero lo más característico son los famosos pastes, unas empanadas rellenas de patata y puerro (del inglés pasty) que eran el alimento habitual entre los mineros ingleses, y que calaron tan profundamente que hoy tienen hasta un museo. Las enchiladas mineras, o la barbacoa de carnero cocida en un horno de tierra envuelta de hojas de maguey es otro de los platos que debemos degustar en la visita a Hidalgo.
Pachuca, la capital.
Pachuca es la capital del estado de Hidalgo. La antigua Pachoacan en lengua Nahuatl (lugar de plata y oro) ha vivido una rápida transformación urbanística que significó que los monumentos reseñables no sean numerosos, siendo su reloj, obra que conmemoraba el primer centenario de la independencia de México, su lugar más apreciable y símbolo de la ciudad. Otros puntos a visitar en Pachuca son el mosaico monumental en el parque David Ben Gurión en homenaje a la mujer del mundo; el Ex Convento de San Francisco con el retablo dorado de estilo churrigueresco y cuya colección de fotos del Museo Nacional de Fotografía es uno de los más vastos de América Latina; el edificio neoclásico Bancomer; el Museo de la Mineralogía; la Casa de las Artesanías Hidarte; la casa Conde Rule de corte arquitectónico inglés; o el parque temático de los dinosaurios.
Las minas de Hidalgo.
Desde Pachuca ascendemos hacia la sierra de Hidalgo en busca de Mineral del Monte, hasta la independencia llamada Real del Monte, a 2.270 metros de altitud. Dos sucesos históricos acontecieron en esta colonia minera. El más importante, la primera huelga de mineros en 1776, organizada para exigir mejoras sanitarias en la insalubre mina la Vizcaína, gestionada por Pedro Romero de Terreros, Conde de Regla. En la época enfermedades como la silicosis se cobraba numerosas vidas. Curiosamente, la lucha por mejorar las condiciones de las empresas extranjeras que explotaban las minas, ha ido empeorando con la nacionalización de las minas. El otro hito que ocurrió en Mineral del Monte fue, el primer partido de fútbol del que se tiene constancia en México. Organizado por los mineros ingleses que al igual que en otros lugares del mundo exportaron sus conocimientos y su cultura futbolística.
En los talleres de Platería de Mineral del Monte podemos encontrar trabajos de orfebrería en plata a un precio asequible, y sentarnos a comer los Pastes, uno de los platos típicos, almuerzo de gran poder energético que los mineros se llevaban a la mina.
En invierno el frío es intenso y la niebla se abalanza sobre las estructuras mineras que hoy en día explican la historia minera de la zona, cuyas exposiciones y utensilios ayudan a la reconversión económica hacia el turismo.
Desde mineral del Monte sale el desvío que se dirige a Mineral del Chico, cuyo bosque de pinos, cedros, enebros, encinas y abetos (oyameles) fue el primer área natural protegida ya a finales del siglo XIX por Porfirio Díaz, deforestada en aquella época por la explotación minera. Su orografía rocosa lo convierte en uno de los destinos preferidos para la escalada con las formaciones de El Fistol, la Botella, Las Ventanas o la Peña del Cuervo; además de otras actividades de aventura. «El Chico», como también se le conoce al parque es ideal para degustar las truchas de sus ríos, las riquísimas manzanas o beber la «Tachuela».
Pueblos mágicos de Hidalgo
Sin ir muy lejos está Huasca de Ocampo, el pueblo mágico más importante de la región, característico por sus calles empedradas, sus arquerías porticadas y sus ritmos de provincia. Aquí se degusta en los puestos ambulantes un buen pulque cargado o un rompope casero, acompañado de platos de la gastronomía mexicana como los sopes, las quesadillas o la sopa de hongos.
Muy cerca de Huasca de Ocampo encontramos los prismas basálticos, unas inmensas columnas de piedra cuya formación geológica recuerda a la Calzada de los Gigantes del norte de Irlanda. Dados a conocer al mundo por los dibujos que el barón Alexander Von Humboldt realizó en 1803, hoy son uno de los lugares más visitados de Hidalgo. El recorrido atraviesa el pequeño cañón por donde caen las cascadas rebotando en las miles de columnas de cinco y seis caras que se apilan como árboles abigarrados.
No lejos de los prismas están las Haciendas de Santa María Regla y San Miguel Regla. Reconvertidas en hoteles, fueron centros donde se procesaban los minerales extraídos de las minas de Real del Monte, especialmente oro y plata, para después ser enviados a España. Santa María fue la primera hacienda de beneficio de plata de la región.
La ciudad tolteca de Tula.
Tula de Allende es el recinto arqueológico más importante de Hidalgo. Antigua ciudad monumental de los toltecas hoy desgraciadamente necesitamos una guía que nos dibuje su grandiosidad. Los atlantes que se yerguen en lo alto de la pirámide, esbeltos, luciendo sus penachos parecen guardianes del yacimiento, siendo una invitación a dedicar unas horas al museo adyacente donde podemos comprender porque fue una de las ciudades más importantes de las civilizaciones prehispánicas.
El cuarto y último pueblo mágico es Huichapan, encantador por su arquitectura colonial con casas virreinales con ventanas de hierro forjado. El benemérito de las Américas Benito Juárez, presidente de México la otorgó el título de “segunda cuna de la Independencia” por haber conmemorado desde el banco de la casa del Chapitel, el célebre grito de Hidalgo que inició el proceso de independencia de la corona española. Su gastronomía es otro de sus platos fuertes
Huichapan en lengua náhuatl, quiere decir “río de los sauces” y para los toltecas Hueychapan es “abundancia de agua”. no es extraño que la zona sea rica en aguas termales y balnearios. A las afueras el acueducto de más de 250 años y 150 metros de largo salva el barranco y se puede ver a través de un singular viaje en tirolina.
Si completamos unas vacaciones amplias en Hidalgo no olvidemos conocer otros lugares como Ixmiquilpan y su parque acuático, las pozas de Tolantongo con sus piscinas naturales de aguas termales de color turquesa, el géiser de Tecozautla, las barbacoas cocinadas bajo tierra de Villa de Tezontepec; las haciendas pulqueras de Zempoala; y el parque arqueológico de Huapalcalcocerca de Tulancingo que tiene las pinturas rupestres más antiguas de todo el continente.