Chichén Itzá es uno de los lugares más visitado de México. Su recinto arqueológico maya en el Estado de Yucatán es uno de los más grandes en extensión excavada. Su nombre proviene de ‘Boca-del-pozo (chichén) de los sacerdotes de agua (Itzá)’), por tanto Boca de Pozo de los Itzáes, aludiendo al Cenote en torno al que fue creciendo la ciudad maya.

Historia de la Ciudad de Chichén Itzá
Cuando los conquistadores españoles llegaron en XVI de la mano de Francisco de Montejo y el franciscano Diego de Landa a Chichén Itzá, sólo pudieron contemplar lo que en su día había sido una de las ciudades más vivas y activas de América, ya que desde el siglo XIII permanecía abandonada, y ya cubierta por una densa vegetación.

Aunque habitada desde el siglo III d.C. la creación propiamente de una ciudad de Chichén Itzá parece iniciarse en el año 525 d.C. cuando poblaciones que provenían del sur fueron construyendo asentamientos como Tikal en Guatemala, Copán en Honduras, o Palenque, Mayapan, Ek Balam y Uxmal en Yucatán y Chiapas.

Su crecimiento fue exponencial, ejerciendo una supremacía sobre el resto de ciudades mayas. La invasión de los Toltecas en el siglo IX no sólo no mermó el poder de Chichén Itzá si no que lo reforzó y enriqueció, alcanzando su mayor esplendor en los siglos XI-XII. En este periodo se erigieron algunos emblemáticos edificios como la Pirámide de Kukulcán, con advocación a la Serpiente Emplumada (Quetzalcóatl) traída por los toltecas. Sin embargo en media centuria conflictos violentos desembocaron en una guerra civil que llevó a su abandono.

A mediados del siglo XIX una expedición aventurera del diplomático John Lloyd Stephens y Frederick Catherwood recorrió primero Centro América y posteriormente Yucatán, tomando notas y dibujos que darían lugar a dos libros sobre diferentes yacimientos, desde Copán a Tikal, Mayapan, Uxmal o Chichén Itzá.

La publicación generó un interés inaudito en la Europa intelectual siempre atenta a cualquier destino exótico. De este modo desde finales de este siglo se inició la recuperación del patrimonio de Chichén Itzá, que de forma continua lleva a cabo excavaciones y estudios arqueológicos como el reciente de 2016 que confirma la existencia de un templo dentro de la Pirámide de Kukulcán.

Las causas de su abandono no están totalmente definidas y los expertos gracias a la arqueología y al estudio del clima y de los ciclos de cosechas se aventuran a diagnosticar que el final de Chichén Itzá pudo estar relacionado con problemas de subsistencia que derivaron en pugnas internas de poder, guerras civiles y la destrucción de la ciudad.
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Visita a Chichén Itzá – Qué ver
En 1988 Unesco se rindió a la realidad al conceder el prestigioso sello de Patrimonio de la Humanidad al recinto zona arqueológico de Chichén Itzá. Ya en el siglo XX (2007) el Templo de Kukulcán engrosó la lista de las Maravillas del Mundo moderno.

La visita a la zona arqueológica de Chichén Itzá la podemos hacer por nuestra cuenta, guía impresa o apuntes sacados de internet o contratar los servicios de los guías oficiales que nos brindan siempre información detallada y curiosidad o secretos que se escapan a los libros.

La Pirámide de Kukulcán
El lugar que recibe más interés de Chichén Itzá es la Pirámide de Kukulkán, conocido también como el Castillo y que nos encontramos nada más entrar por el acceso del oeste. Nos será complicado no encontrar gente al lado para tomar fotografías tranquilos. Hoy en día permanece cercada, como medida de protección antes algunos turistas vándalos. Pero hasta no hace mucho era posible subir y jugar a sentirse un dios maya dirigiendo la gran ciudad de Chichén Itzá.

Es el templo de mayor altura, con 25 metros por 55 de lado en sus cuatro costados, donde una escalera asciende hacia el Adoratorio. Curiosamente o mejor dicho, con un rigor asombroso la suma de las escaleras de los costados (91) más la del Adoratorio suman en conjunto 365, igual que el número de días del año.
Durante los equinoccio de septiembre y otoño (20 o 21 de marzo y el 22 o 23 de septiembre), en Chichén Itzá tiene lugar un efecto óptico minuciosamente calculado por los mayas por el cual el reflejo del sol y las sombras de las esquinas de la pirámide recrean en la escalinata norte a una serpiente reptando, cuyas cabezas reposan a los pies del basamento.
De esta forma los mayas eran capaces de calcular el calendario para emplearlo en las cosechas, reflejando el conocimiento astronómico, infinitamente más avanzado que el de Europa en ese periodo.

Plataforma de las águilas y los jaguares
Precediendo al Juego de la Pelota de Chichén Itzá -junto a la Plataforma de las Calaveras – Tzompantli – encontramos la Plataforma de las Águilas y los Jaguares. Esta pequeña plataforma con cuatro escaleras representa a los dos animales, emulando a los guerreros que portaban a los prisioneros para ser sacrificados en honor del dios Sol.
. En la base de la estructura hay una pared vertical con paneles elevados que muestran imágenes que se relacionan con el curso del sol a través del cielo durante el día y su descenso al inframundo por la noche, como “Sol de la Tierra”. Las águilas y los jaguares simbolizan a los guerreros que capturan víctimas para alimentar al dios sol. Los Caballeros Águila eran hábiles arqueros, mientras que los Caballeros Jaguar eran una suerte de infantería armada con garrotes de madera en los que iban clavadas piezas de obsidiana.
La Plataforma se construyó entre los años 900 y 1200 d.C., en la época maya-tolteca. Además de las cabezas dobles de los animales en cada lado, se distinguen figuras humanas postradas en relieve. Con suma probabilidad la plataforma se utilizara con fines religiosos y ceremoniales.

Plataforma de las Calaveras – Tzompantli
En esta plataforma conocida como Tzompantli se reproducen cráneos que imitan las calaveras de los prisioneros de Chichén Itza, en una representación de influencia mexica y que también encontramos en el Altar Mayor de Tenochtitlan (Ciudad de México). Las cabezas de los enemigos se empalaban en el Tzompantli, como símbolo de la victoria.

El Juego de Pelota de las Ruinas de Chichén Itzá
El Juego des Pelota estaba extendido por todo Mesoamérica y en Chichén Itzá hay varios espacios donde se practicaba. En el mayor de ellos se llevaban a cabo competiciones que trascendían lo deportivo ya que llevaban parejo componentes religiosos en los que el ganador tenía el honor de ser sacrificado a los dioses.

En este recinto la acústica es singular y durante la visita podemos llevar a cabo juegos para entender hasta que punto la arquitectura maya era tan avanzada. El de Chichén Itzá es uno de los juegos de pelota de mayor tamaño con 70 metros de ancho y 168 de largo.

El templo de los guerreros
Junto a la Pirámide Kukulcán, el Juego de Pelota y el observatorio, el Templo de los Guerreros es uno de los edificios de mayor tamaño de Chichén Itzá.

Estaba adornado con bajorrelieves de guerreros, águilas y jaguares devorando corazones humanos, y entre los grabados del Palacio de los Gueereros se representaba también al dios Tlalchitonatiuh y de Chaac Mool.
El templo se elevaba sobre cuatro plataformas y en los lados sur y oeste, 200 columnas fueron talladas con bajorrelieves de guerreros toltecas, pintadas y con estucos.
Aunque no se observe desde abajo, en lo alto hay Chaac Mool recostado y columnas en forma de serpiente que servían para sostener dinteles de madera sobre las puertas, ya desaparecidas.
Templo de Las Mil Columnas
El Templo de los Guerreros se conecta con el Templo o Grupo de las Mil Columnas. El nombre es una hipérbole para mostrar la grandeza y cantidad, ya que en realidad son 200 las columnas presentes.

Dispuestas en una planta rectangular de 150 metros de lado, las columnas fueron construidas entre el 900 d.C. y el 1200 d.C.. Como indicábamos se encontraron restos del revestimiento de estuco, sobre el que se habían pintado en varios colores.
No se ha conservado el friso y techo que sostenían las columnas, presumiblemente elaborado con madera o paja. La hipótesis es que eran enormes salones de reuniones cuya función no es clara o pudo ser polivalente.
Continuando hacia el sur nos topamos con El Osario o Tumba del Sumo Sacerdote, la Casa del Venado, la Casa Colorada o El Templo de las Monjas (llamado así por los españoles al contar con numerosas habitaciones, asemejando un convento), justo antes de llegar al observatorio de Chichén Itzá.
El observatorio astronómico – El Caracol
El edificio del observatorio (conocido como Caracol por las escaleras interiores) es inconfundible con su forma cilíndrica sobre una plataforma. Desde aquí los mayas estudiaban los fenómenos astronómicos y gracias a una correcta orientación de las ventanas se podían observar las estrellas para aplicar conocimientos a los ciclos económicos agrícolas de siembra y recogida, fundamento de la prosperidad de Chichén Itzá

De nuevo volviendo en dirección a la Gran Pirámide de Kukulkán vemos la estructura del Mercado y la Plaza de las Mil Columnas, y detrás el Templo de los Guerreros, que cuenta con bajorrelieves de guerreros mayas y una escultura de Chac Mool, si bien la función parece que fue eminentemente astronómica.
Templo de las Monjas y la Iglesia
A unos pasos del observatorio está un conjunto formado por el edificio de la Iglesia y el de las Monjas. Ambas denominaciones provienen de la asociación que hicieron los primeros exploradores, interpretando que se trataban de celdas usadas dormir y una iglesia anexa que a ojos de los españoles se asemejaba a una capilla cuadrangular.

La Iglesia fue un Templo dedicado a Chaac, dios de la lluvia. De forma rectangular tiene un único acceso orientado al oeste, con representaciones del dios en el frontal y los laterales de la fachada. La cresta conserva la mayor parte de la decoración del estilo Puuc (600 y 1000 d.C.).
Desde dentro del edificio de la iglesia a veces podemos ver como salen las preciosas aves llamadas Toh, con colorido plumaje y su cola bífida que ha dado lugar a leyendas mitológicas muy curiosas. Al ser una de las zonas más «tranquilas» de Chichén Itzá, la sensación de disfrute del yacimiento permite apreciar la gran calidad artística de los mayas.

El Cenote Maya
Desde la Plataforma de las Calaveras se continua hacia el norte de Chichén Itzá por un Sakbé, «camino blanco» al estilo de las calzadas romanas, que conduce al «Cenote de los Sacrificios«. Aquí ciertamente se llevaron a cabo ritos de sacrificio al Dios de la lluvia Chaac, para obtener fertilidad de las cosechas, pero esencialmente de niños, y no sólo de mujeres jóvenes como se había sostenido.
La circunferencia del Cenote de tipo abierto es enorme (60 metros de diámetro) y podemos rodearlo para observar su grandiosidad. El Cenote en el mundo maya era considerada la puerta de entrada al Inframundo y por eso era el lugar elegido para los sacrificios.

Gran Museo Maya de Chichén Itzá
El gran Museo de Chichén Itzá, abierto en febrero de 2024, exhibe más de 1.000 piezas en 3,400 m² de espacio, siendo varios los centenares las que han salido a la luz en excavaciones durante la construcción del Tren Maya.
Las salas están articuladas en 14 temas, siendo la del Cenote Sagrado especialmente sorprendente por la recreación multimedia de este sitio ceremonial.
Eventos y Fiestas destacadas en Chichén Itzá
Como comentábamos en los equinoccios se agolpa un buen puñado de curiosos, creyentes en la filosofía maya y turistas que no se pierden la oportunidad de ver la Serpiente emplumada «descendiendo» en la Pirámide Kukulkán.

Consejos para visitar Chichén itzá
Si antes de entrar nos ponemos de acuerdo con otros viajeros que hablen nuestro mismo idioma podemos requerir los servicios de un guía oficial para todo el grupo (los veremos situados en las taquillas), siendo más económico a la hora de entrar a Chichén Itzá. Es
recomendable llevar agua, protección solar, sombrero y por supuesto cámara de fotos. Así mismo si queremos evitar los ríos de gente, especialmente grupos que llegan en autobús desde Cancún, Mérida o Playa del Carmen, lo mejor es madrugar para recorrerlo más tranquilamente ya que en los accesos se forman colas para comprar entradas a las ruinas de Chichén Itzá.
Donde Dormir cerca de Chichén Itzá
Si bien la mayoría de la gente acude desde las playas en una excursión de un día, podemos encontrar alojamiento en los alrededores de Chichen Itzá con hoteles para todos los gustos como Mayaland o el resort de la Hacienda Chichén del siglo XVI.
Hoteles en Chichén Itzá
Cerca del yacimiento de Chichén Itzá hay hoteles de tres a cinco estrellas, además de bungalows y algunos pequeños hoteles boutique.
Excursión y Tours a Chichén Itzá
Hay mil y una posibilidades para visitar Chichén Itzá en un día con excursiones organizadas individuales o para grupos desde Mérida, Playa del Carmen o Cancún (incluyendo una excursión en avioneta).
Numerosas agencias se encargan de hacer el trayecto hasta la entrada de las ruinas donde un enorme parking recibe a las decenas de autobuses que llegan hasta aquí. Estas son algunas opciones de tours y excursiones a Chichén Itzá:
Mapa de Chichén Itzá por dentro

Cómo llegar desde Cancún, Playa del Carmen o Mérida
Podemos llegar a Chichén Itzá por nuestra cuenta en coche de alquiler, en tours organizados, o en transporte público a través del Tren Maya, cuya estación fue construida a unos kilómetros del yacimiento.
Estas son algunas de las distancias entre las principales ciudades o poblaciones de Yucatán, Quintana Roo y Riviera Maya a la zona arqueológica de Chichén Itzá.
Cancún 178 km.
Puerto Morelos 182 km.
Playa del Carmen 214 km.
Xcaret 220 km.
Puerto Aventuras 264 km.
Akumal 282 km.
Xel-Ha 299 km.
Tulum 308 km.
Coba 350 km.
Mérida 107 km.
Isla de Cozumel 250 km.
ALQUILER DE COCHES EN CANCÚN- RENTA DE AUTOS
Cancún es junto a Mérida el lugar habitual de salida para hacer la excursión a Chichen Itzá. Allí podemos alquilar coche e ir por nuestra cuenta.