Tepotzotlán

Tepotzotlán es el reflejo de como la arquitectura colonial de los siglos de Virreinato, supo adaptar y adoptar estilos e influencias para crear con ese mestizaje una realidad arquitectónica que os admiramos.

Fachada de la Iglesia de San Francisco Javier
Fachada de la Iglesia de San Francisco Javier en Tepotzotlán

Pueblo Mágico y Patrimonio de la Humanidad para la Unesco ( como parte del Camino Real de Tierra Adentro), Tepotzotlán sigue siendo un pueblo apacible y con latido de pequeña villa de provincias, pese a estar cerca de Ciudad de México, a una hora al norte, en el Estado de México.

Historia de Tepotzotlán

Las tropas de Hernán Cortés sometieron a las poblaciones locales otomíes, abriendo paso a los misioneros de la Compañía de Jesús que eligieron Tepotzotlán para establecer un Colegio de Novicios a finales del siglo XVI. Durante el siglo siguiente se levantó el convento cuyas obras duraron prácticamente hasta el momento de la expulsión de la Orden de territorios americanos.

Qué ver en Tepotzotlán

El pueblo mágico de Tepotzotlán en el Estado de México tiene en la iglesia de San Francisco Javier, la obra culmen del barroco colonial, con una belleza y riqueza ornamental difícil de igualar. El estilo recargado churrigueresco no ofrece dudas cuando estamos delante del retablo del Templo de San Francisco Javier, con unas proporciones magnas, más si constatamos que el oro recubre la estructura.

Es característico el empleo de la columna estípite, que a varios niveles ornamente con esculturas la totalidad de la fachada, mostrando una iconografía rica y expresiva que va desde los primeros evangelistas hasta la figura de San Francisco Javier, el misionero que desempeñó una labor importante en su «cruzada» por la evangelización en el lejano oriente.

El tesoro colonial en el Ex Convento de San Francisco Javier

El inmenso convento que también recibió el nombre del misionero navarro se ha convertido en una «cartografía» detallada del paso de los españoles por México. Las piezas del Museo del Virreinato (Munavi) que aloja nos ofrecen un recorrido extenso por la Historia de la conquista, el sometimiento y la dogmática labor evangelizadora de la Iglesia Católica.

Interior convento de Tepozotlán
Interior convento de Tepotzotlán

La visita al museo requiere tiempo ya que por si fueran pocas las más de 15 piezas que atesora, el mismo convento es en si un museo vivo que reproduce la vida monástica en sus innumerables celdas y estancias. Los patios y la huerta -hoy jardines- funcionan como pausa en el recorrido, que por momentos se antoja laberíntico.

Son célebres las pinturas de Cristóbal de Villalpando situadas en la planta baja del Patio de los Aljibes, por la intensidad de su trazo y el realismo al que nos trasladan. Especialmente notorios son los que narran la vida de San Ignacio de Loyola.

En las salas se exponen piezas y utensilios de todo tipo, armas, lienzos, vestimentas, utensilios de uso agrícola, mapas, maquetas, cerámicas o muebles manufacturados durante los tres siglos del Virreinato.

Museo del Virreinato de Tepotzotlán
Museo del Virreinato de Tepotzotlán

Resulta paradigmático el lienzo que muestra como si se tratase de subespecies , las denominaciones de los cruces entre españoles e indígenas o esclavos africanos. Y viene a definir de forma clara el «mapamundis» de estratos sociales y raciales con el que se distinguía a cada neonato.

Las explicaciones de carácter histórico se funden con las paredes del convento, mientras se van sucediendo los espacios donde los monjes desarrollaban su día a día. El Claustro de los Naranjos con su fuente octogonal, la Capilla Doméstica, la sala de marfiles, o la sala de Las Monjas Coronadas son algunos de los principales, pero todos quedan sometidos a la tiránica belleza del tempo. Y es que la entrada a la iglesia se lleva a cabo por uno de los accesos laterales del altar, donde la profusa decoración de las naves ya nos anticipa la riqueza del recinto.

Templo de San Francisco Javier

La iglesia se proyectó en el siglo XVII, y sus obras se iniciaron en 1670 gracias a la donación de la familia Medina Picazo; finalizadas en 1682, pero con modificaciones importantes a lo largo del siglo XVIII, la más visible la de la fachada que el arquitecto Ildefonso de Iniesta Bejarano completó. Los retablos del interior del templo también pertenecen al siglo XVIII, obra conjunta de los artistas Higinio de Chávez, encargado de las tallas y del pintor natural de Oaxaca Miguel Cabrera.

El retablo de la Iglesia de San Francisco Javier
El retablo de la Iglesia de San Francisco Javier en Tepotzotlán

Los retablos dorados que datan del siglo XVIII decoran tanto el altar como las naves laterales, donde los inmensos lienzos religiosos nos hacen pequeños.

En uno de los lados de la nave central se abre una capilla que venera el culto a la Virgen de Loreto, y donde su retablo de madera está cubierto de oro. El Camarín de la Virgen y el Relicario de San José de la Capilla de Loreto se consideran verdaderas obras maestras del arte novohispánico.

Aunque el convento y la iglesia de San Francisco Javier son el mayor atractivo de Tepotzotlán, el pueblo merece un paseo alrededor del centro histórico por la Plaza de la Cruz, probando los platillos del mercado y las Nieves como postre.

Los fines de semana podemos comprar artesanías en los «tianguis» (mercados) que se arman cerca del convento. Así mismo, la oficina de turismo de Tepotzotlán organiza sábados y domingos un original itinerario donde los guías visten disfraces para hacer más creíble las explicaciones históricas, mezclándolas con las leyendas de la ciudad.

Cartel anunciando las pastorelas de Tepotzotlán
Cartel anunciando las pastorelas de Tepotzotlán

En diciembre Tepotzotlán brilla con más intensidad gracias a sus célebres pastorelas, representaciones teatralizadas de la veneración al niño Jesús por parte de los pastores, que viven varias vicisitudes frente a diablos y enemigos varios. Su difusión en México se propició en un contexto en el que las poblaciones indígenas eran más permeables al adoctrinamiento religiosos cuando provenía de escenificaciones que enfrentaban el Mal y el Bien. En Tepotzotlán son todo un fenómeno, y se llevan a cabo en la Hostería del Convento durante el mes de diciembre, antes de nochebuena.

El Acueducto de Xalpa

A media hora de Tepotzotlán encontramos Arcos del Sitio, uno de los acueductos más impresionantes de México, y que nos recuerda el de Querétaro. Este sin embargo salgo un desnivel mucho mayor, clavando sus arcadas inferiores en un inmenso barranco. Desde el aparcamiento podemos cruzarlo por donde surcaba el caudal, asombrándonos de la obra de ingeniería que los jesuitas solicitaron realizar en la primera mitad del siglo XVII.

Acueducto de Arcos del Sitio
Acueducto de Arcos del Sitio

Cómo llegar a Tepotzotlán

Desde Ciudad de México salimos del anillo periférico hacia el norte por la autopista que va con dirección a Querétaro, pasaremos Cuautitlán Izcalli y cuando veamos la desviación hacia Tepotzotlan antes de la salida de la caseta del peaje hay que salir y continuar recto hasta el centro. El tráfico es intenso, especialmente los fines de semana.

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